Lo que se conoce como “suerte” es propiamente la casualidad,
el azar, que la ciencia estudia como “las leyes de las probabilidades”.
La “buena suerte” o la “mala suerte”, o sea, la casualidad, te puede suceder o no. A ninguna de ellas la puedes poner bajo tu control, sin importar los dijes que cargues o los rituales que practiques o los mantras que cantes.
La “buena suerte” o la “mala suerte”, o sea, la casualidad, te puede suceder o no. A ninguna de ellas la puedes poner bajo tu control, sin importar los dijes que cargues o los rituales que practiques o los mantras que cantes.
La mejor manera de tener una actitud positiva verdadera
hacia la “buena suerte” la escuche del prestigioso expositor Miguel Ángel
Cornejo, quién lo expuso de esta manera: “el secreto de la buena suerte
consiste en: primero, prepárate para la buena suerte, y segundo, sal a buscar
la buena suerte”. Una estupenda fórmula, donde el “prepárate para la buena
suerte” consiste en estudiar, investigar, preguntar y aprender; y el “sal a
buscar la buena suerte”, en hacer un plan y ponerte en acción.
No esperes que te llegue la "buena suerte", haz que la "buena suerte" te suceda.