(Elogio humorístico)
Hablar
de O. Z. es hablar de un amigo que siempre está dispuesto a darte la
mano cuando lo necesitas. Un gran profesional y una excelente persona en
quien siempre se puede confiar.
Todos lo conocemos, y sabemos que la puntualidad no es su fuerte. Las únicas veces que lo hemos visto correr… es por las mañanas, cuando se aparece todo apresurado en la oficina con cinco minutos de retraso.
Todos lo conocemos, y sabemos que la puntualidad no es su fuerte. Las únicas veces que lo hemos visto correr… es por las mañanas, cuando se aparece todo apresurado en la oficina con cinco minutos de retraso.