miércoles, 15 de octubre de 2014

La loca historia del tenedor

(Discurso de entretenimiento)

Las buenas ideas no siempre son aceptadas de inmediato. Y entre más novedosas y radicales, de más estrafalarias y peligrosas se las tacha. Le sucedió a Galileo, Copernico, Darwin, Wegener (el tío de Pangea), Semmelweis (el de las bacterias), Tesla, Einstein y una larga lista más. Tomó años o décadas probar que tenían razón (tal vez por eso Einstein gozaba sacándole la lengua a las cámaras). El autor –el líder–, cuando esto pasa, debe tener fe en sí mismo y practicar las virtudes de la paciencia y la persistencia, y ver al tiempo no como enemigo, sino como aliado.