viernes, 4 de julio de 2014

Levantemos nuestras copas

De pie, sobre una butaca del salón, el encandilado barón Alfredo canta: “Bebamos alegremente de este vaso resplandeciente de belleza, y que la hora fugaz se embriague de placer. Bebamos con el dulce estremecimiento que el amor despierta…”. 

Es el inicio del famoso brindis “Bebamos” de la opera La Traviata de Giuseppe Verdi. Una canción optimista que debe ser la más entonada del mundo en festejos, celebraciones y en el tradicional brindis con el capitán que se celebra en todos los cruceros turísticos del planeta.

Y es que el brindis expresa un momento especial, el instante en que sellamos públicamente una alianza con los corazones presentes, el instante en que iniciamos con júbilo una nueva etapa en nuestras relaciones interpersonales. Lo utilizamos para honrar a una persona o celebrar una fecha, hacer las paces con los adversarios o reafirmar la amistad con los viejos amigos, para ofrecer una alegre bienvenida o para desear una feliz travesía.

Sin importar tu posición social o nivel cultural, o tu sexo, edad o religión, al hacer un brindis, mientras permaneces de pie ante un grupo de amigos, tienes la oportunidad de destacar y manifestar tus sentimientos y valores personales a través de la soltura y gracia de tus expresiones.

Repasemos entonces algunos detalles que siempre debes tener en cuenta cuando te prepares para esta ocasión tan personal.

Los presentes


La estructura

El contenido del brindis dependerá, además del tipo de evento, de si el orador es el anfitrión, un familiar, un delegado institucional o el lisonjeado. Las expresiones de cada uno deben acomodarse al lugar que ocupan dentro de la ceremonia.

Veamos tres estructuras generales que podemos usar.

Brindis del anfitrión

Inicio
- Dirigiéndose a la concurrencia: “Deseo proponer un brindis”.
- Saludo al público presente: "Estimados familiares y amigos".
- Agradecimiento y mención del motivo de la reunión: “Quiero, ante todo, agradecer de corazón la presencia de todos ustedes en este momento tan significativo para mi familia, como es el diplomado de mi hija Maricielo”.

Cuerpo
- Dirigiéndose a la persona, emociones respecto del momento: “Querida hija, nos sentimos muy orgullosos de ti por este logro que corona muchos años de esfuerzos de tu parte y de grandes ilusiones de la nuestra”.
- Mención de una o dos anécdotas significativas relacionadas con el acontecimiento: “Ayer justamente, mientras recibías tus credenciales, tu mamá y yo recordábamos las largas noches que pasabas estudiando en tu habitación, preparándote para tus exámenes, siempre con el deseo de sacar la mejor nota, y lo lograste, te has graduado con honores”.
- Exaltación de la importancia del acontecimiento: “Ser una profesional, una arquitecta destacada como tú, abre amplios caminos para conseguir el sueño de todo joven: conseguir su independencia, realizarse como persona y ser valioso para su comunidad”.
- Exaltación de las cualidades personales del homenajeado: “Estoy seguro que con tus dotes  de estudiosa y dedicada a tu trabajo lo lograrás”.

Final
- Un buen deseo para el futuro del homenajeado: "Hija, te deseo un futuro brillante y que sean muchos los éxitos que te depare tu profesión”.
- Brindis: “¡Por la nueva arquitecta Maricielo! ¡Salud!".

Brindis de un familiar (un amigo o portavoz institucional)

Inicio
- Dirigiéndose a la concurrencia: “Deseo proponer un brindis en honor de...”.
- Autopresentación: “como tío de...”, “en mi condición de...”, “en representación de...”.

Cuerpo
- Dirigiéndose a la persona, emociones respecto del momento.
- Recordación de una o dos anécdotas significativas relacionadas con el acontecimiento (de los que se haya sido testigo).
- Exaltación de la importancia del acontecimiento.
- Exaltación de las cualidades personales del homenajeado.

Final
- Un buen deseo para el futuro del homenajeado.
- Brindis y ¡Salud!

Agradecimiento del homenajeado

Inicio
- Dirigiéndose a la concurrencia: “Queridos amigos”.

Cuerpo
- Emociones respecto del momento.
- Agradecimiento a dos o tres de los que han hablado, con un brevísimo comentario,  y una referencia en conjunto para todos los demás.
- Agradecimiento emotivo a las personas que han contribuido significativamente al logro que ahora se honra.
- Agradecimiento especial a los padres, por su ejemplo y sacrificio. Mencionar una anécdota significativa si la hay.
- Agradecimiento al anfitrión del evento.
- Agradecimiento a toda la concurrencia.

Final
- Ofrecer dar lo mejor de sí para el orgullo de sus familiares, amigos y comunidad.
- Un buen deseo para todos los presentes: “Y ahora, de mi parte quiero desearles...”.
- Brindis: "¡Por ustedes! ¡Salud!".

El momento

El momento de decir unas palabras lo decide la formalidad del protocolo propio de cada evento. 

En las celebraciones festivas como matrimonios, cumpleaños y encuentros de amigos, el brindis suele ir al inicio de la celebración, mientras que en el caso de eventos formales como el aniversario de la empresa, otorgamiento de premios, fin de curso, se acostumbra hacerlo al final, después de los discursos y como cierre del programa.

En cualquier caso, con el brindis se descorcha no solo el champan, sino también la alegría del momento, el festejo propiamente dicho, la parte de la reunión en que se disfruta la comida, se charla amena e informalmente y, si la ocasión lo amerita, se baila y se bebe. 

"Y una noche en que caía de lo alto la lluvia blanca de plumillas cristalizadas, en el palacio había festín, y la luz de las arañas reía alegre sobre los mármoles, sobre el oro y sobre las túnicas de los mandarines de las viejas porcelanas. Y se aplaudían hasta la locura los brindis del señor profesor de retórica, cuajados de dáctilos, de anapestos y de pirriquios, mientras en las copas cristalinas hervía el champaña con su burbujeo luminoso y fugaz", El Rey Burgués, Rubén Darío.

El orden

En las celebraciones familiares o amicales se acostumbra el orden de mayor a menor importancia para las intervenciones:

El primer brindis corre siempre a cargo del anfitrión.

A continuación, toman la palabra los familiares del festejado de mayor a menor según su cercanía.

Luego, pueden tomar la palabra los amigos del halagado.

Finalmente, el homenajeado agradece las declaraciones de afecto y hace un brindis por los presentes.

Un pequeño detalle, pero muy significativo, es que al descorchar la champaña, el festejado es la primera persona a la que se sirve.

El procedimiento

La persona designada para hacer el brindis puede ser presentada por otra -el maestro de ceremonias- quien invita a los presentes a escuchar sus palabras. De no considerarse la necesidad de un presentador, quien va a hablar se pone de pie y llama la atención de los asistentes con un ligero toque de la cucharilla en su copa o diciendo “deseo proponer un brindis” o “deseo proponer un brindis en honor de...” y esperando a que todos guarden silencio antes de continuar.

Mientras los oradores toman la palabra, los demás pueden permanecer sentados o de pie. En algunos círculos sociales se acostumbra permanecer sentados sin tomar la copa, mientras que en otros la costumbre es ponerse de pie con la copa en la mano. Un ejemplo de este último detalle lo mostró el presidente Barack Obama durante la cena que la Reina Isabel II de Inglaterra celebró en su honor en 2011, donde pidió. "Señoras y señores, pónganse de pie conmigo y alcen sus copas en el brindis que propongo".

Durante el brindis, quien habla permanece de pie tomando su copa por el tallo. Hay que dirigir la mirada hacia el agasajado y nuestras expresiones deben estar preferentemente en segunda y primera persona (tú y yo): "Estimado Julio Cesar, es para mí una gran satisfacción poder saludarte en tu cumpleaños... que gusto me da verte tan lleno de salud y optimismo..."

Al finalizar el elogio, se realiza el brindis propiamente dicho. Se suele usar las expresiones: “brindo por...”, “tomemos nuestras copas y brindemos por...”, “levantemos nuestras copas y brindemos por...”, y finalmente “¡Salud!”, que es respondido por todos los asistentes con un sonoro ¡Salud!

Una alternativa más sofisticada de hacer la invocación final es pronunciar una expresión corta y significativa como: “¡Por los novios!”, la que será repetida por los invitados con un vibrante “¡Por los novios!”.

En tanto se suceden los brindis, el agasajado no bebe de su copa (no se brindar por sí mismo), en cambio, si lo hace cuando le toca su turno de agradecer por el homenaje y brindar por los asistentes.

Como habrás visto, hacer un brindis es realmente sencillo si conoces sus fundamentos básicos. Pero en cambio que grata impresión darás cada vez que tomes la palabra en una ceremonia especial o en una reunión de amigos.

Por todos los brindis excelentes, ¡Salud!

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