(Discurso presentado en un evento de la PUCP)
Quisiera empezar con unas preguntas: levanten la mano los que desean un planeta libre de contaminación. Gracias. Ahora, levanten la mano, los que condenan la esclavitud en el mundo. Gracias.
Veo con agrado que la mayoría compartimos la misma opinión. Y gracias a personas como ustedes un futuro mejor será posible.
Su actitud me llena de esperanza y entusiasmo, porque es la misma actitud que he encontrado en todos los lugares en que he hecho estas preguntas. Y porque es la misma actitud de la inmensa mayoría de personas alrededor del planeta.
Su actitud me llena de esperanza y entusiasmo, porque es la misma actitud que he encontrado en todos los lugares en que he hecho estas preguntas. Y porque es la misma actitud de la inmensa mayoría de personas alrededor del planeta.
Pero hay un ligero problema, o mejor dicho un gran problema: la mayoría de los gobiernos no están interesados en estos temas ni en escuchar nuestra opinión: por ejemplo, EEUU y Canadá se niegan a firmar el tratado de Kyoto para el control de las emanaciones de carbono.
Así mismo, muchos gobiernos en el planeta están más que dispuestos a permitir el ingreso de semillas transgénicas a sus países.
De igual manera, India, China y Pakistán son los estados con más esclavos en el mundo.
Frente a estos temas, y muchos otros más, los gobiernos se muestran o indiferentes o impotentes o cómplices, y quién sufre es el planeta y nosotros, los ciudadanos, y las generaciones futuras.
Pero además, te habrás dado cuenta que los problemas de hoy no son locales, son globales, y por tanto, la solución también tiene que ser global.
Esta situación es la que ha dado origen al movimiento ciudadano Avaaz.
Somos una organización basada en Internet, internacional, masiva y muy efectiva.
Todos los miembros nos afiliamos a través de la página Web de Avaaz y recibimos periódicamente, vía correo electrónico, información sobre las campañas que Avaaz está impulsando en el mundo. En estos correos se nos pide que firmemos petitorios, coloquemos comentarios en los muros de Facebook y Twitter de presidentes y funcionarios implicados, que participemos de marchas y plantones, entre otras acciones.
Nuestro objetivo es crear opinión pública, despertar conciencias y movilizar a la gente para presionar a las autoridades a actuar según los intereses de los ciudadanos; en definitiva: impulsar la Democracia real en el mundo. Por ello, la Democracia en Avaaz consiste en que todas nuestras campañas mundiales son iniciadas por cualquier miembro de nuestra organización.
Nacimos en 2007, como una iniciativa global de varios colectivos ciudadanos de Estados Unidos; donde actualmente tenemos nuestra cede central.
Empezamos con 3 mil voluntarios y ahora ya sumamos 38 millones de miembros activos en 194 países de todo el planeta; y aquí, en el Perú, ya somos 300 mil asociados.
¡38 millones en todo el planeta y 300 mil en Perú! Somos una comunidad de acción realmente grande, realmente poderosa. Y ya hemos logrado muchos éxitos, por ejemplo:
En Bahréin, un país de África, una constructora retuvo durante 7 años a 400 trabajadores hindúes con la intención de convertirlos en esclavos; uno de ellos se suicidó. Cuando su hermano pidió ayuda a Avaaz, 20,000 personas nos pusimos en acción. Denunciando y presionando, en cuestión de días logramos lo que el gobierno indio no consiguió -o no quiso- durante 7 años: que los trabajadores volvieran a casa.
En Tanzania, el gobierno quería desalojar a miles de familias Masai de sus tierras, ¡para que turistas ricos pudieran cazar leones y leopardos! Cuando nos pidieron ayuda, 1 millón 700 mil personas nos unimos para decir "no". Finalmente, el Primer Ministro se vio obligado a firmar una carta suspendiendo los desalojos.
En Pakistán, Malala Yousafzai, una niña de 15 años, fue disparada en la cabeza por los talibanes, su pecado: haber ido a la escuela. Ella pidió justicia y educación gratuita para los niños pobres de Pakistán. Logramos reunir 1 millón de firmas, y después de recibir nuestra petición el gobierno pakistaní implementó un sistema de becas para tres millones de niños.
Todas ellas, y muchas más, son las victorias de hombres y mujeres, de ancianos y jóvenes, que se unieron para tomar las riendas de su destino. Las victorias de acomodados y pobres, de intelectuales y trabajadores que pusieron en movimiento la solidaridad entre los pueblos. Las victorias de amas de casa y estudiantes universitarios que unieron sus voces para hacer la diferencia.
Pero aún falta mucho por hacer. Justamente hace unos días el mundo ha conocido una noticia indignante, un maltrato que subleva el espíritu:
En Inglaterra, 1,400 niños fueron esclavos sexuales durante 16 años con la complicidad de las autoridades. ¡Si esto sucede en Inglaterra que no sucederá en otras partes del planeta!
Aún falta mucho por hacer, muchos atropellos que detener, muchas conciencias que despertar, muchas batallas que pelear.
Al inicio, cuando levantaste la mano, vi en ti a una persona solidaria y convencida de que un mundo mejor es posible. Ahora, yo te pregunto: ¿te negarás... a escuchar las voces que claman tu ayuda? ¿Dejarás que tu solidaridad se apague... con la indiferencia?
Te invito a unirte a los 38 millones de personas que sentimos y queremos lo mismo que tú. 38 millones que pensamos como tú y deseamos lo mismo que tú: Justicia y Democracia para todos, y un mundo mejor donde vivir.
¡Únete a Avaaz y ponte en acción!
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