Durante mucho tiempo lo busqué, hasta que un día él me encontró a mí; en una humilde librería de ventas de segunda mano y en su austero formato de edición de bolsillo: El Camino del Líder de David Fischman.
Hacía varias semanas que buscaba una obra con pequeñas, pero deslumbrantes joyas de oratoria. El libro ideal que había tomado forma en mi mente, debía contener una colección de ensayos cortos (una o dos página), cautivantes introducciones, impactantes finales y entrelazar sólidos argumentos con anécdotas conmovedoras y ejemplares. Además, desde cada una de sus páginas, el eco del autor debía “hablar” en un estilo conversacional, intimista, positivo, y proponer principios, valores y objetivos en un tono motivador.
Al abrir las páginas de El Camino del Líder encuentras esto y mucho más. Es ágil, ingenioso, ameno e impactante. Sus lecciones de liderazgo y de vida quedan resonando en el espíritu por un buen tiempo después. Un fértil uso del cuento y la metáfora permite la exposición de conceptos complejos en un formato conciso, pintoresco y a la vez profundo. Definitivamente un excelente referente para todo aquel que desee perfeccionar sus destrezas en el liderazgo, la redacción y la oratoria.
Hay un cuento en el que un anciano y modesto librero árabe se ufanaba de poseer en sus estantes tesoros más valiosos que los del rey. Nadie daba importancia a sus palabras, hasta que un día, un pordiosero que pasaba por su tienda lo escucha y le compra un libro, el más humilde de todos, y encuentra en él las instrucciones para hallar un tesoro. El Camino del Líder es, al igual que en ese cuento, un pequeño, pero valioso tesoro que espera pacientemente enriquecer la vida de quien tenga la dicha de descubrirlo.
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