jueves, 6 de septiembre de 2012

¿Cómo ir desde aquí hasta allá?

(Discurso pronunciado en Miraflores Toastmasters)

Una mañana soleada de hace ocho mil años, un reciente y joven discípulo se presentó ante Lao Tse y exhalando un suspiro le dijo: “Maestro, admiro tu gran sabiduría y deseo seguir tu camino, dime pues ¿qué debo hacer?". Sorprendido, Lao Tse, le sonrió y le respondió: “Un viaje de mil leguas comienza con el primer paso”.


Queridos amigos, la vida nos enfrenta constantemente a nuevos retos y nuevas metas. En esos momentos, al inicio del camino, cuando el objetivo se ve lejos, muy lejos, nos preguntamos, ¿cómo ir desde aquí hasta allá?

Luego, nos damos cuenta que la respuesta a esta pregunta se encuentra en la misma ruta, al dar el primer paso... y luego otro y después otro. Y nos damos cuenta que la acción de caminar, con el tiempo, se va transformando en  valiosas lecciones aprendidas.

Cuando ingresé a Toastmasters, hace ya algo de año y medio, al apreciar los discursos de los socios antiguos, la meta me parecía inalcanzable y me preguntaba absorto y lleno de  ansiedad: ¿cómo ir desde aquí hasta allá?

Luego, me di cuenta que con cada discurso que presentaba aprendía algo nuevo y me aproximaba paso a paso a la meta ansiada. Que mis habilidades oratorias iban tomando forma y se integraban a mi personalidad.

Por eso, ahora, al alcanzar el nivel de Comunicador Competente, quiero compartir con ustedes cuatro grandes lecciones que aprendí en esta gran aventura de convertirme en un Toastmaster.

La primera lección es que hay que estudiar la oratoria.

Yo siempre digo que un orador es un programador de cerebros. No basta con que expongas tu tema. Recuerda que tus oyentes tienen cosas más importantes en que pensar que escucharte: la venta que está a punto de cerrarse, las bajas notas de Pedrito, el pago de los impuestos. De manera que, ya que tienes algo que decirles, tienes que dominar las técnicas que consigan captar su atención y los mecanismos que logren ubicar tu mensaje en una posición privilegiada en sus mentes.

Preparar y pronunciar discursos es insuficiente, ¡hay que estudiar la oratoria!: analizar el estilo de oradores famosos, leer muchos discursos, dominar cada parte del discurso –los inicios, la interacción con el auditorio, los finales–, las técnicas vocales, entre otros temas. Esta es la base de toda nuestra posterior superación.

La segunda lección es que hay que aprovechar la motivación del principiante.

En este punto quiero contarles que hace unos tres años lleve un taller de narración con Ivan Thays. En una de sus clases, Ivan nos recomendó estudiar a fondo las técnicas narrativas mientras aprendíamos a ser narradores, porque, nos decía, luego todo ese frenesí del narrador novato, se pierde con su primera obra –porque toda su motivación está concentrada en escribir ESA historia–. Después, la motivación simplemente se atenúa y ya no quedan ganas para aprender lo básico. Solo los dispuestos a grandes sacrificios, como García Márquez, Vargas Llosa, logran continuar a partir de ese punto. Lo mismo vale para la oratoria.

La vida tiene un momento para todo. El momento para aprender las técnicas de la oratoria es este, cuando nuestro entusiasmo esta al máximo. Sumérjanse en este arte, pónganlo en un lugar privilegiado en sus vidas, que su compromiso sea total.

La tercera lección es que hay que tomar buenos ejemplos y practicar mucho.

Una buena fuente para esto es Youtube. Te puedo asegurar que no hay nada mejor para aprender oratoria que ver a un experto en acción. La teoría está bien, pero es muy diferente leer un discurso que ver al orador pronunciarlo. Más matices, más significados en cada palabra es lo que se consigue con una inflexión de voz o un gesto elocuente en el momento preciso. Y todos estos elementos solo se pueden captar viendo el acto oratorio.

Otra fuente excelente de buenos ejemplos es TED.com, donde podemos encontrar docenas de excelentes discursos, organizados por tipo y por tema. Y por supuesto, también están nuestras sesiones, aquí en Miraflores Toastmasters. Por ello es muy importante asistir a todas nuestras reuniones y evaluar las presentaciones de todos los oradores.

Hay que aprender de los mejores y practicar mucho.

Y la cuarta lección que aprendí es que hay que plantearse retos.

Me preguntarán: ¿qué tipo de retos? Quiero que piensen en esto: imagínense a ustedes mismos bailando en el escenario, o cantando, o contando chistes, o haciendo una representación teatral. ¿Cómo se sienten? ¿Un poco nerviosos? Se están diciendo: “yo no me atrevería a hacer eso”. Bueno, ¡ahí tienen sus retos!

No es suficiente cumplir con los objetivos de cada proyecto. Todo aquello que es propio de los mejores oradores y que no nos atrevemos a hacer, ese será el reto que debemos plantearnos superar. Este es el plus que debe contener cada uno de nuestros discursos y ser la marca de un Toastmaster. Todos nuestros socios antiguos conocen este secreto.

Y estas son las cuatro lecciones que aprendí en mi camino de cómo ir desde aquí hasta allá para llegar a ser un Comunicador Competente Toastmaster.

Estudiemos la oratoria, aprovechemos nuestras motivaciones, aprendamos de los mejores y planteémonos retos cada vez más osados.

Queridos amigos, soy un convencido de que podemos alcanzar metas mucho más altas y mejores en este nuestro arte de la oratoria, y para ello no es necesario que hagamos más, sino que lo hagamos mejor.

No hay comentarios: