Un paso importante para la mayoría de los oradores consiste en escribir su discurso. Este paso te permite organizar las muchas ideas concebidas sobre tu tema y darles la forma más elocuente posible. Además, este paso también te permite identificar un vocabulario específico relacionado con el tema y saber cuándo usarlo (aunque esto no significa que debas aprenderte tu discurso palabra por palabra). Sin embargo, es muy importante que sepas distinguir entre escribir para la vista y escribir para el oído.
Escribir para la vista significa que tu público objetivo son lectores, los que disponen de un contexto muy flexible para leerte. Pueden regresar a un punto que no entendieron muy bien o pueden adelantarse una parte que no les interesa en demasía. Tus lectores tienen incluso la posibilidad de subrayar las partes que más les interesan de tu texto.
Además, cuando se escribe un texto, se tiende a profundizar en la información, o sea, a entrar en detalles. Igualmente, se tiende a frenar o retroceder el flujo de la lógica usando las comas, para buscar acomodar la información importante alrededor de un punto.
Un público oyente tiene una dinámica diferente. Te has dado cuenta que cuando eres parte del auditorio, por lo general no recuerdas lo que el orador dijo hace solo un minuto. Esto se debe a que la memoria de muy corto plazo del cerebro tiene un procesamiento lineal y, mientras el orador habla, está concentrada en captar lo que dice y no en recordar lo que dijo. Esta es la razón por la cual, en la parte final de los discursos se hace un pequeño resumen de los puntos más importantes que se han tratado.
Cuando escribas para el oído tienes que buscar reproducir los matices de la palabra hablada, esto es, debes escribir como si estuvieras conversando. Esto significa que debes usar un lenguaje sencillo y frases cortas, hablar desde un tú y un yo, desde un aquí y un ahora, además de intercalar algunas interjecciones y hasta onomatopeyas que le den vivacidad a tus ideas (ver más abajo algunos concejos adicionales). Por otra parte, la mejor manera para que tu auditorio esté atento y recuerde mejor tu mensaje es creando imágenes visuales apelando a sus sentidos y usando frases impactantes e historias dramáticas.
A continuación te muestro un enlace donde podrás encontrar más información respecto a cómo escribir para el oído y un resumen de los concejos que ahí se dan.
La Radio, ¿cómo se hace?
Cómo se logra la Claridad
1. Que la oración siga su orden lógico natural: sujeto + verbo + predicado + complementos.
2. Huye del hipérbaton (alteración del orden lógico de la oración).
3. Evita la introducción de explicaciones (cláusulas) entre el sujeto y el verbo.
4. Evita construcciones sintácticas muy complejas (más de 2 comas).
5. Coloca cada idea en una sola oración.
6. El sujeto debe aparecer explícitamente. Evita sustituir el sujeto por un pronombre.
7. No coloques muy alejados los elementos estrechamente relacionados entre sí.
8. Usa verbos en voz activa (el sujeto hace algo). Evita la voz pasiva.
9. Usa verbos que describan con claridad una acción (y que tengan energía).
10. Usa verbos que describan la acción en su forma positiva. Evita las formas negativas compuestas con “no”.
11. Prefiere el tiempo presente de los verbos.
Cómo se logra la Simplicidad
1. En lo posible que las oraciones no superen las 30 palabras. (Usa palabras cortas, frases cortas y párrafos cortos).
2. Evita la abstracción y la complejidad (usa palabras específicas). Recurre a la comparación y el redondeo.
3. Usa la redundancia (parafraseo) para recalcar las ideas y datos más relevantes.
4. Usa sinónimos y evita repetir las mismas palabras con mucha cercanía entre sí.
5. Usa correctamente los signos de puntuación para dar forma a las ideas.
6. Usa un léxico próximo al receptor. Huye del tecnicismo y del lenguaje excesivamente culto.
Escribir para la vista significa que tu público objetivo son lectores, los que disponen de un contexto muy flexible para leerte. Pueden regresar a un punto que no entendieron muy bien o pueden adelantarse una parte que no les interesa en demasía. Tus lectores tienen incluso la posibilidad de subrayar las partes que más les interesan de tu texto.
Además, cuando se escribe un texto, se tiende a profundizar en la información, o sea, a entrar en detalles. Igualmente, se tiende a frenar o retroceder el flujo de la lógica usando las comas, para buscar acomodar la información importante alrededor de un punto.
Un público oyente tiene una dinámica diferente. Te has dado cuenta que cuando eres parte del auditorio, por lo general no recuerdas lo que el orador dijo hace solo un minuto. Esto se debe a que la memoria de muy corto plazo del cerebro tiene un procesamiento lineal y, mientras el orador habla, está concentrada en captar lo que dice y no en recordar lo que dijo. Esta es la razón por la cual, en la parte final de los discursos se hace un pequeño resumen de los puntos más importantes que se han tratado.
Cuando escribas para el oído tienes que buscar reproducir los matices de la palabra hablada, esto es, debes escribir como si estuvieras conversando. Esto significa que debes usar un lenguaje sencillo y frases cortas, hablar desde un tú y un yo, desde un aquí y un ahora, además de intercalar algunas interjecciones y hasta onomatopeyas que le den vivacidad a tus ideas (ver más abajo algunos concejos adicionales). Por otra parte, la mejor manera para que tu auditorio esté atento y recuerde mejor tu mensaje es creando imágenes visuales apelando a sus sentidos y usando frases impactantes e historias dramáticas.
A continuación te muestro un enlace donde podrás encontrar más información respecto a cómo escribir para el oído y un resumen de los concejos que ahí se dan.
La Radio, ¿cómo se hace?
Cómo se logra la Claridad
1. Que la oración siga su orden lógico natural: sujeto + verbo + predicado + complementos.
2. Huye del hipérbaton (alteración del orden lógico de la oración).
3. Evita la introducción de explicaciones (cláusulas) entre el sujeto y el verbo.
4. Evita construcciones sintácticas muy complejas (más de 2 comas).
5. Coloca cada idea en una sola oración.
6. El sujeto debe aparecer explícitamente. Evita sustituir el sujeto por un pronombre.
7. No coloques muy alejados los elementos estrechamente relacionados entre sí.
8. Usa verbos en voz activa (el sujeto hace algo). Evita la voz pasiva.
9. Usa verbos que describan con claridad una acción (y que tengan energía).
10. Usa verbos que describan la acción en su forma positiva. Evita las formas negativas compuestas con “no”.
11. Prefiere el tiempo presente de los verbos.
Cómo se logra la Simplicidad
1. En lo posible que las oraciones no superen las 30 palabras. (Usa palabras cortas, frases cortas y párrafos cortos).
2. Evita la abstracción y la complejidad (usa palabras específicas). Recurre a la comparación y el redondeo.
3. Usa la redundancia (parafraseo) para recalcar las ideas y datos más relevantes.
4. Usa sinónimos y evita repetir las mismas palabras con mucha cercanía entre sí.
5. Usa correctamente los signos de puntuación para dar forma a las ideas.
6. Usa un léxico próximo al receptor. Huye del tecnicismo y del lenguaje excesivamente culto.
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